Uno de los objetivos del GAVA es mejorar la calidad de los procedimientos anestésicos veterinarios de acuerdo con el avance científico y la demanda creciente por parte de la sociedad de un servicio de mejor calidad. Desde el GAVA queremos transmitir la importancia que tiene la vigilancia de las constantes vitales del paciente durante el periodo perianestésico por personal capacitado. Algunos estudios demuestran que la ausencia de una persona encargada de la monitorización del paciente se asoció claramente a un aumento de la mortalidad anestésica (Clarke y Hall, 1990; Dyson y col., 1998; Brodbelt, 2006).
Es importante destacar que no disponer de monitores tecnológicamente muy avanzados no implica que no pueda realizarse una monitorización adecuada de calidad. El GAVA es consciente de que la adquisición de monitores electrónicos representa un esfuerzo económico considerable para el veterinario, aun cuando la disponibilidad actual con precios más asequibles ha mejorado notablemente.
Como punto de partida se decidió enviar una encuesta a los socios de AVEPA con una participación final de 462 veterinarios, con el fin de poder estimar cómo realizan habitualmente la monitorización en su clínica, los medios que emplean, la formación relacionada y el personal implicado.
Entre los resultados más interesantes que arrojó la encuesta, encontramos que más de un 90% de los centros veterinarios encuestados realizan sedaciones y anestesias generales. Sin embargo, un porcentaje muy amplio (cercano al 80%) deja la monitorización en manos de veterinarios que compaginan dicha tarea con otras al mismo tiempo. Además, sólo un pequeño porcentaje de los encuestados dispone de una monitorización avanzada más o menos completa, si bien, parece que la mayor parte de los veterinarios sí utiliza la monitorización a su disposición en la mayoría de los procedimientos anestésicos.
Después de analizar estos resultados, el GAVA ha considerado elaborar una serie de recomendaciones para la monitorización durante el periodo perianestésico considerando la realidad clínica. Estas recomendaciones pretenden reducir al mínimo las complicaciones asociadas que supongan un incremento de la morbilidad y mortalidad anestésicas.
Para la comprensión de esta guía es importante tener en cuenta la siguiente leyenda en cuanto a la calificación de los parámetros recomendados; así consideramos:
- Imprescindible: monitorización básica al alcance de cualquier veterinario.
- Recomendable: monitorización más sofisticada, relativamente asequible, que aporta información relevante.
- Avanzado: monitorización menos asequible, que busca la excelencia en la monitorización y cuya utilización requiere una formación más completa en anestesiología veterinaria. En ocasiones, sólo será recomendable en determinados casos especiales.
1.MONITORIZACIÓN CARDIOVASCULAR.
Frecuencia y ritmo cardíacos:
Imprescindible:
- Palpación del pulso periférico.
- Auscultación del latido cardiaco (estetoscopio, estetoscopio esofágico u otro monitor cardiaco audible).
Recomendable:
- Electrocardiograma, continuo (ideal) o intermitente.
- Pulsioxímetro.
Oxigenación:
Imprescindible:
- Color de las mucosas.
Recomendable:
- Pulsioxímetro.
Avanzado:
- Gasometría arterial para determinar la presión arterial del oxígeno (PaO2) (en pacientes críticos).
Perfusión sanguínea:
Imprescindible:
- Tiempo de relleno capilar (TRC).
- Estimación de la presión arterial mediante palpación del pulso periférico.
Recomendable:
- Estimación de la presión arterial mediante métodos no invasivos adicionales: onda de pulsioximetría, doppler y oscilometría
- Fracción espirada de CO2 (FeCO2).
Avanzado:
- Monitor de presión arterial invasiva.
- Lactato sanguíneo (en pacientes críticos).
- Gasto cardíaco.
2. MONITORIZACIÓN DE LA VENTILACIÓN.
Frecuencia respiratoria y patrón respiratorio:
Imprescindible:
- Observación del movimiento del tórax.
- Observación del balón reservorio del circuito anestésico cuando no es visible el tórax.
- Auscultación de los sonidos respiratorios con un estetoscopio externo o esofágico o con un monitor respiratorio audible.
Recomendable:
- Capnografía. o CO2 espirado:
Avanzado:
- Presión parcial de dióxido de carbono en sangre arterial (gasometría arterial).
Mecánica pulmonar:
Recomendable:
- Presión en la vía aérea: mediante la observación del manómetro de la máquina anestésica.
Avanzado:
- Espirometría: para monitorizar de manera continuada las variaciones de presión, volumen y flujo en la vía aérea.
3. MONITORIZACIÓN DE LA TEMPERATURA.
Temperaturas rectal o esofágica:
Imprescindible:
- Medición intermitente o continua durante todo el procedimiento anestésico y la recuperación. También varias horas después en el caso de pacientes hospitalizados después de la anestesia.
4. MONITORIZACIÓN DE LA PROFUNDIDAD ANESTÉSICA.
Imprescindible:
- Valoración de los reflejos palpebral y corneal.
- Rotación del globo ocular (atención: este parámetro puede estar falseado cuando se emplean algunos fármacos como la ketamina y los bloqueantes neuromusculares).
Recomendable:
- Fracción espirada de gases anestésicos.
Avanzado:
- Monitorización del EEG (mediante el BIS o entropía)
5. MONITORIZACIÓN DURANTE LA RECUPERACIÓN ANESTÉSICA.
Independiente del empleo de monitores más o menos avanzados durante la anestesia, se deben seguir monitorizando las siguientes constantes vitales durante la recuperación anestésica. (No olvidemos que es el período en el que la mortalidad asociada a la anestesia es mayor (Brodbelt D, 2010)):
- Patrón respiratorio.
- Color de las mucosas y TRC.
- Palpación de la frecuencia y calidad del pulso.
- Medición de la temperatura corporal, con aplicación de métodos de calor o frio si está indicado.
- Valoración del dolor.
- Considerar la administración de antagonistas para revertir posibles efectos indeseables de los fármacos empleados durante la anestesia.
REGISTRO DE LOS PARÁMETROS MONITORIZADOS DURANTE LA ANESTESIA.
Desde el GAVA también se recomienda llevar un registro de la monitorización y los sucesos relacionados con los procedimientos anestésicos por dos motivos fundamentalmente:
- Prestar mayor atención a la monitorización perianestésica que redundará en una reducción de las complicaciones.
- Puede resultar útil en futuras anestesias en el mismo paciente o en el caso de algún requerimiento legal específico.
La hoja de registro debería contener espacio para poder anotar: - Constantes vitales previas a la anestesia.
- Fármacos administrados con dosis, vía, hora y efecto.
- Parámetros monitorizados cada 5-10 minutos.
- Sucesos relevantes durante el procedimiento y durante el periodo postanestésico.